10 cosas extrañas sobre tu recién nacido que son completamente normales

Antes de llamar a tu pediatra, te contamos algunas cosas totalmente normales sobre tu recién nacido

La llegada de un bebé siempre es motivo de alegría para los padres, y por ello también es una gran fuente de preocupaciones, sobre todo cuando somos papás primerizos.

El pequeño no viene con manual de instrucciones, ¡que tan bien nos vendría! y seguro que te dará un susto que otro.

Afortunadamente, en la mayoría de los casos muchos de los “problemas” que más nos pueden preocupar a los padres, en realidad forman parte del desarrollo normal de un recién nacido, por lo que tienden a desaparecer con el paso del tiempo. Con el objetivo de tranquilizar y normalizar algunas situaciones, te indicamos algunas de las cosas extrañas que puedes notar en tu bebé:

1. Mamas desarrolladas. Las hormonas que se activan durante el embarazo no solo afectan a la madre sino también al bebé. De hecho, a menudo pueden ser la causa de que algunos bebés nazcan con el tejido mamario más desarrollado de lo habitual. Afortunadamente, este “problema” suele desaparecer con el paso de las semanas.
    
2. Costra láctea. La costra láctea, también conocida como dermatitis seborreica del lactante, es una de las alteraciones más comunes en los recién nacidos. Básicamente, se trata de una ligera descamación de la piel del cuero cabelludo, que tiende a volverse más seco y escamoso, adquiriendo un aspecto muy parecido a la caspa. Sin embargo, se trata de un problema común que no implica un riesgo para la salud del bebé.
    
3. Heces fecales explosivas. Muchos padres se asustan cuando escuchan al bebé hacer una deposición “explosiva”. De hecho, no es algo muy habitual pues las heces de los bebés tiene una consistencia prácticamente líquida que no demanda mucho esfuerzo para expulsarla. Sin embargo, esto no implica que alguna que otra vez el bebé no tenga que esforzarse un poco más de lo habitual para evacuar. En otras ocasiones se debe a que expulsa gases junto con las heces fecales.
    
4. Movimientos espasmódicos. Muchos padres se preocupan cuando su bebé mueve las extremidades y, en ocasiones todo su cuerpo, como si tuviera un espasmo o peor aún, una convulsión. Es cierto que este fenómeno puede ser un poco impactante, pero estos movimientos no representan un riesgo para la salud del bebé. Se trata de su reflejo de sobresalto, también conocido como reflejo de Moro, la reacción de su organismo ante un estímulo que genera una sobreactivación.
    
5. Ruidos extraños. La mayoría de los bebés no solo lloran sino que también emiten sonidos guturales extraños que varían en intensidad y tono. En muchos casos estos ruidos se deben a que cuando el bebé nace sus fosas nasales aún son muy estrechas por lo que la mucosidad tiende a quedarse atrapada, provocando esos sonidos raros.
    
6. Estornudos frecuentes. Los recién nacidos tienen un sistema inmunitario mucho más débil que el de los adultos, lo que implica que son más vulnerables ante las partículas del medio y que reaccionan con mayor intensidad. Los estornudos frecuentes en el bebé no son más que una respuesta de su organismo ante esas partículas extrañas que se introducen en sus fosas nasales y que intenta expulsar.
    
7. Sangre en el pañal. Cualquier padre se preocuparía muchísimo si encontrase sangre en el pañal de su bebé. Sin embargo, la sangre en el pañal puede deberse a la cicatrización del útero de las bebés o a un rasguño o herida como resultado de un movimiento intestinal demasiado intenso. Este tipo de sangrado suele ser muy ligero y ocasional, por lo que no debería ser un problema.
    
8. Ojos cruzados. Muchos bebés cuando nacen padecen bizquera, un cruzamiento de los ojos que tiende a desaparecer más tarde. Esto se debe a que el recién nacido aún tiene que perfeccionar su control visual y técnicas de enfoque. En la mayoría de los casos este problema desaparece al cabo de algunas semanas o meses, por lo que no debería ser un motivo de preocupación.
    
9. Forma de la cabeza extraña. Cuando el bebé está listo para salir del vientre materno, su cabeza no se ha formado del todo y los huesos del cráneo aún permanecen abiertos. Se trata de un mecanismo natural que le permite salir por el canal del parto sin grandes complicaciones. Sin embargo, es precisamente esa gran maleabilidad lo que hace que la cabeza de algunos recién nacidos adquiera una forma extraña, la cual se debe a su adaptación al canal de parto. En la mayoría de los casos, esa extraña forma de la cabeza va cambiando a medida que los huesos del cráneo se funden.
    
10. Genitales inflamados. A muchos padres les parece que los genitales de su bebé son demasiado grandes. Esto se debe a que durante el embarazo las hormonas maternas alteran los genitales del bebé, en especial los testículos, haciendo que se inflamen. No obstante, no hay por qué preocuparse ya que con el paso de los días esta inflamación irá cediendo.

De todos modos siempre es preferible que si detectas alguna de estas cosas, lo compartas con tu pediatra en su próxima visita. Así podrás asegurarte de que está dentro de la normalidad, o de lo contrario, saber si hay que seguir algun tratamiento especial.

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