Merienda y almuerzo infantil: ¿Galletas o bocadillo?

Una merienda o almuerzo saludable y energético es apostar por las frutas y yogures naturales

Una buena alimentación no solo promueve el crecimiento infantil sino que también protege la salud de los niños y ayuda a prevenir muchas enfermedades. No en vano la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Española de Pediatría recomiendan que los niños consuman cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.

La mayoría de los padres suelen prestarle más atención al desayuno, la comida y la cena de sus hijos, pero lo cierto es que el almuerzo y la merienda también son muy importantes ya que aportan la energía que necesitan hasta la siguiente comida. De hecho, se ha descubierto que el aporte energético que brindan estas comidas es fundamental para mejorar el rendimiento académico de los niños en el colegio, a la vez que ayuda a controlar el apetito, evitando así que picotee a deshoras.

La alternativa ideal para una merienda o almuerzo saludable y energético es apostar por las frutas y yogures naturales, aunque la mayoría de los padres eligen las galletas y bocadillos, una opción rápida y mucho más apetitosa para los niños. De hecho, se estima que en España alrededor del 65% de los pequeños consumen fundamentalmente bocadillos y bollería industrial. Sin embargo, aunque ambas opciones son igual de atractivas para los peques, lo cierto es que no tienen las mismas propiedades nutricionales.

Galletas vs. Bocadillos: ¿Cuál es mejor?

Muchos padres optan por las galletas para los tentempiés de sus hijos porque son una opción rápida, saciante y que a los niños les encanta.

El problema es que la mayoría de las galletas contienen muchísimos azúcares añadidos, los cuales aumentan las probabilidades de que aparezcan caries, a la vez que incrementan el riesgo de padecer obesidad y diabetes. Asimismo, tienen cantidades superiores a las recomendadas de grasas saturadas, cuyo consumo se ha relacionado con un riesgo mayor de desarrollar problemas cardiovasculares en la infancia.

Para que tengas una idea, 5 galletas María aportan 8 gramos de azúcar y 3 gramos de grasas saturadas, la misma cantidad de galletas Príncipe contienen 31 gramos de azúcar y 12,6 gramos de grasas saturadas, y una proporción similar de galletas de chocolate rellenas de crema tiene 17 gramos de azúcar y 4 gramos de grasas saturadas.

En cambio, los bocadillos apenas contienen azúcares añadidos y grasas saturadas. Un pan blanco con aceite de oliva y una loncha de queso gouda contiene 0,92 gramos de azúcar y 4 gramos de grasas saturadas, mientras que un bocadillo de pan integral con aceite de oliva y una loncha de jamón dulce aporta apenas 1 gramo de azúcar y 1 gramo de grasas saturadas.

El problema de los bocadillos radica en su alto contenido en carbohidratos ya que las versiones tradicionales anteriores contienen 23 y 22 gramos de carbohidratos, respectivamente. Sin embargo, si los niños siguen una dieta balanceada y saludable, el consumo de carbohidratos en el almuerzo o merienda no debería ser perjudicial ya que estos son una gran fuente de energía que les mantendrá activos hasta la siguiente comida.

Vale destacar también otra gran diferencia entre las galletas y los bocadillos para la merienda o el almuerzo: su aporte de fibra, la cual favorece el tránsito intestinal, a la vez que mejora el funcionamiento de los intestinos y el sistema digestivo en general. Las galletas suelen aportar entre 0,93 y 1,97 gramos de fibra mientras que un bocadillo tradicional ofrece entre 1,75 y 3,50 gramos de fibra. 

Por tanto, los datos no dejan lugar a dudas: los bocadillos son una opción más saludable ya que no solo tienen muy pocos azúcares añadidos sino que aportan nutrientes de mejor calidad, así como una mayor cantidad de fibra, sobre todo si el pan es integral.