¿Por qué es importante que el bebé gatee?

¿Qué sucede cuando el bebé no gatea?

Alrededor del séptimo mes de vida, el bebé empieza a desplazarse por sí solo. Primero utiliza sus manos para avanzar y, más tarde, se apoya en sus piernas para impulsarse y ganar velocidad. De hecho, durante el octavo mes la mayoría de los bebés ya gatean y pueden moverse por la casa sin la ayuda de los adultos, aunque algunos pueden tardar un poco más.

Gatear es un paso de transición importante en su desarrollo psicomotor que también reporta numerosos beneficios en la esfera cognitiva.

Cinco beneficios del gateo para el bebé

1. Favorece el desarrollo psicomotor. Al gatear, los músculos del bebé se tonifican y se fortalecen sus brazos y piernas, mientras la columna vertebral va ganando estabilidad. Esta actividad también mejora la coordinación entre los movimientos de las manos y los pies, a la vez que potencia el equilibrio pues el pequeño debe desplazarse utilizando cuatro puntos de apoyo. De hecho, se trata de una etapa crucial que prepara al bebé para ponerse de pie y dar sus primeros pasos. 
    
2. Estimula el desarrollo cerebral. Gatear es un ejercicio excelente para el cerebro ya que conecta ambos hemisferios cerebrales y crea nuevas rutas de información, que son esenciales para la posterior maduración de las diferentes funciones cognitivas. El hecho de que para avanzar el bebé tenga que mover un brazo y la pierna contraria, también estimula el desarrollo del patrón cruzado, una función neurológica que regula el desplazamiento corporal teniendo en cuenta el equilibrio de las distintas zonas del cuerpo y que es la base de la futura lateralización.
    
3. Desarrolla el sistema vestibular y propioceptivo. Gatear es un ejercicio muy eficaz para desarrollar el sistema vestibular y propioceptivo. El sistema vestibular se encarga de regular los movimientos del cuerpo y la posición de la cabeza en el espacio. También contribuye a mantener el tono muscular, la coordinación mano-ojo y desempeña una función esencial en la percepción del espacio y la orientación viso-espacial. Por otra parte, el sistema propioceptivo controla las reacciones y respuestas automáticas del cuerpo, interviene en el desarrollo del esquema corporal y la coordinación de ambos lados del cuerpo, a la vez que regula la dirección del movimiento.
    
4. Aguza los sentidos. A medida que el bebé gatea y conoce su entorno, sus sentidos se desarrollan. El hecho de apoyar las palmas de la mano en el suelo le reporta numerosas ventajas para su desarrollo táctil ya que contribuye a que el pequeño descubra nuevas sensaciones y texturas. También es un buen ejercicio para la maduración de la vista, ya que le permite enfocar ambos ojos en un mismo punto a corta distancia, lo cual contribuye a prevenir alteraciones visuales como el estrabismo. 
    
5. Potencia la creatividad. El movimiento le permite al bebé explorar e interactuar con el medio. Así va desarrollando una mayor confianza en sí mismo, lo que le permite desenvolverse mejor en su entorno y aprender más cosas por sí solo, como las diferentes texturas, colores y funciones de los objetos. Se trata de una habilidad básica para la posterior maduración de sus funciones cognitivas y, en especial, para desarrollar su creatividad.

¿Qué sucede cuando el bebé no gatea? Tres estrategias para estimular el gateo

La mayoría de los bebés aprende a gatear por sí solos sin la ayuda de los adultos. Sin embargo, hay veces que tardan demasiado, algunos incluso comienzan a caminar directamente, lo cual no significa, necesariamente, que el pequeño sufre un trastorno neurológico, o una alteración motora.

De hecho, las causas más frecuentes en el retraso al gatear son la pereza de los pequeños y el uso de andadores hasta una edad avanzada. Sin embargo, aunque no es motivo para alarmarse, lo cierto es que saltarse la etapa del gateo puede retrasar el desarrollo motor y cognitivo del bebé. Por eso, es conveniente empezar a estimular el gateo desde una edad temprana.

1. Una actividad ideal para los bebés más perezosos consiste en tumbarles boca abajo en el suelo y pasar alrededor de su tórax una banda de tela para ir levantándolos por ambos lados de la banda, hasta que el bebé solo toque el suelo con sus manos y rodillas.
    
2. Siéntate en el suelo con el bebé, a un metro de distancia, y llámalo usando un sonajero de colores o uno de sus juguetes preferidos para que se acerque a buscarlo gateando.
    
3. Para un bebé que está aprendiendo a gatear, levantar la barriga del suelo es uno de los pasos más difíciles. Para ayudarlo, puedes sentarte en el suelo con las piernas estiradas y colocar a tu bebé sobre tus muslos, de forma transversal, así su barriga quedará encima de ti y sus rodillas y manos puedan llegar al suelo.