Guía para que los niños disfruten de la nieve

Guía para que los niños disfruten de la nieve

El invierno prácticamente está llegando a su fin pero antes de despedirse del todo ha decidido dejarnos algunos de los días más fríos de la temporada. Y la nieve no falta por lo que aún podemos esquiar, practicar snowboard, subirnos a un trineo o recorrer las montañas heladas en una moto de nieve.

Las opciones son muchas y seguramente los más pequeños de casa se divertirán de lo lindo.

Sin embargo, para disfrutar de forma segura de la nieve debemos seguir algunas indicaciones:

– Planificar la actividad según la edad del niño. 

Para la mayoría de los pequeños la nieve es motivo de fiesta y alegría pero es importante que los padres aprendan a organizar la jornada en correspondencia con las habilidades que el niño ya ha adquirido.

Como normal general, a partir de los cuatro años es que los niños adquieren la fuerza suficiente para mantener el equilibrio en la nieve. Es en ese momento que pueden comenzar a jugar con las tablas y, poco a poco, aprender a deslizarse. No es hasta los siete u ocho años que los pequeños pueden coordinar perfectamente sus movimientos y, por ende, practicar algunos de los deportes de invierno de forma segura.

– Utilizar la ropa adecuada. 

Es importante asegurarse de que los niños tienen todos los accesorios que necesitan, desde los calcetines y las botas térmicas hasta los guantes, una bufanda y las gafas. Además, no olvides el pantalón impermeable porque jugando en la nieve es normal que los niños se caigan y terminen empapados. De esta forma te asegurarás de que no pillen un resfriado.

– Apostar por equipos adecuados a la edad del niño. 

Recuerda que los esquís y las tablas deben ser acordes a la altura, el peso y el nivel del pequeño. Tampoco olvides el casco ya que, aunque es algo incómodo, le protegerá de eventuales lesiones. Una última puntualización en este sentido: aunque el niño ya tenga cierto dominio de los deportes de nieve, igualmente deberá usar un protector de espaldas, antebrazos y piernas.

– Mantenerse hidratados. 

Generalmente se piensa que no es necesario llevar grandes reservas de agua puesto que las actividades en la nieve no provocan tanto calor como las que se realizan bajo el sol. Sin embargo, el cuerpo también se deshidrata con las bajas temperaturas. Como norma, los niños entre 4 y 6 años deben consumir como mínimo 1,5 litros de agua al día y los que se encuentran entre los 7 y 12 años alrededor de 2 litros.

– Protegerse de los rayos solares. 

Normalmente en verano siempre tenemos a mano el protector solar pero en invierno solemos olvidarlo. No obstante, los rayos solares se reflejan en el hielo por lo que pueden causar quemaduras graves con relativa facilidad. Si a esto le sumamos que la piel de los niños es muy sensible, podremos comprender la importancia de usar un protector solar. Se recomienda aplicarlo media hora antes de entrar en la pista, en todas las zonas de la piel que queden descubiertas. No olvides proteger los ojos, las gafas deben tener el filtro solar adecuado.

– Descansar. 

Los niños son inagotables, parecen no cansarse nunca. No obstante, durante las actividades en la nieve se recomienda que tomen un descanso. El tiempo variará en dependencia de su edad y de las horas de sueño pero, en sentido general, cada 3 o 4 horas de esquí deberán descansar al menos una hora. Aprovecha este momento para darles algo de comer que les permita reponer la energía gastada.

– Mantener la disciplina. 

La nieve es muy divertida pero también muy peligrosa. Cerciórate de que los niños cumplan con todas las normas establecidas, sobre todo si entran en las pistas para esquiar. Lo ideal sería que contasen con un monitor profesional, sobre todo si están aprendiendo algún deporte, ya que este conoce las peculiaridades de la nieve y sabrá sacarle el máximo provecho a las capacidades de cada niño.