¿Por qué deberías leer un cuento a tu hijo cada día?

La lectura: una herramienta para fomentar el desarrollo emocional y social del niño

Leer cuentos con los niños no solo es una actividad muy entretenida, sino que es una excelente oportunidad para pasar tiempo de calidad en familia. Además, la lectura reporta enormes beneficios a los niños, no solo en el plano emocional sino también en la esfera cognitiva. De hecho, las investigaciones han demostrado que los pequeños que disfrutan de la lectura desarrollan un vocabulario más amplio, comprenden mejor el lenguaje y son más expresivos.

Se ha encontrado que los niños a los que se les lee un cuento cada día también desarrollan una mejor discriminación auditiva y suelen dominar la construcción gramatical de las oraciones antes que el resto de sus coetáneos. También prestan más atención al escuchar e incluso suelen ser más pacientes en otras esferas de su vida. Aprende cómo aficionar a tu hijo a la lectura aquí

Los niños a los que se les lee con frecuencia también desarrollan mejores habilidades temporo-espaciales y tienen una mayor capacidad para afrontar los retos y temores. A estos beneficios se le debe añadir que cuando le lees un cuento infantil a tu hijo fortaleces vuestra relación, generando una mayor cercanía y creando una sensación de confianza más fuerte. Sin embargo, estos no son las únicas ventajas de leerle cuentos infantiles a tu pequeño. 

Los efectos de la lectura a nivel cerebral

La lectura también puede provocar cambios en las funciones cognitivas de los niños. De hecho, un estudio realizado en el Reading and Literacy Discovery Center, en colaboración con el Cincinnati Children’s Hospital Medical Center, en Estados Unidos, analizó la actividad cerebral de un grupo de niños mientras escuchaban cuentos infantiles, apoyándose en pruebas de resonancia magnética funcional. Los investigadores descubrieron que los niños a quienes se les leía en casa con frecuencia mostraban una mayor actividad cerebral en aquellas zonas relacionadas con el procesamiento semántico y la formación de imágenes mentales, que constituyen la base de la comprensión lectora.

Otra investigación publicada hace algún tiempo en la revista Pediatrics analizó la actividad cerebral de niños con edades de entre tres y cinco años a través de resonancias magnéticas funcionales mientras les leían y encontró diferencias en los niveles de activación cerebral, en dependencia de si los pequeños disfrutaban más o menos de la lectura. Básicamente, los niños a los que se les solía leer mostraron una mayor activación en la corteza de asociación parieto-occipito-temporal, un área relacionada con la integración multisensorial.

Estos estudios nos demuestran que los niños a los que se les lee con frecuencia son capaces de recrear imágenes mentales con mayor facilidad ya que pueden integrar los diferentes datos de la historia con mayor rapidez, lo cual les permite seguir el hilo del cuento. Obviamente, esta habilidad estimula su capacidad cognitiva y lingüística.

La lectura también es una herramienta para fomentar el desarrollo emocional y social

A través de la lectura los niños aprenden a identificar con mayor rapidez las emociones y los sentimientos, como el odio, el amor, el miedo, la tristeza y la inseguridad. Se trata de una habilidad muy importante que se encuentra en la base de competencias más complejas, como la empatía y la habilidad para comunicarse con otras personas, ya se trate de adultos o de niños de su misma edad. Por eso, los niños a los que se les lee con frecuencia suelen convertirse en pequeños más sensibles, comprensivos y abiertos a nuevos puntos de vista.

La lectura también les ayuda a descubrir nuevas formas para solucionar conflictos, lo cual puede ser beneficioso para que aprendan a resolver sus problemas de forma independiente y autónoma. Además, es una herramienta muy útil para transmitirles determinados conceptos y valores morales, como la generosidad, la solidaridad, la paciencia y el respecto ajeno. Por tanto, leerle un cuento al día es uno de los mayores regalos que puedes hacerle a tu hijo.