¿Qué beneficios aporta la música en los niños?

Si quieres hacerle un regalo valioso a tu hijo, haz que la música entre en su vida

La música forma parte de nuestras vidas, estamos tan acostumbrados a su presencia que nos resultaría difícil imaginar muchos momentos sin su existencia. Sin embargo, la música no solo genera diferentes estados emocionales, sino que también encierra numerosos beneficios, sobre todo para los niños.

Los beneficios de aprender a tocar un instrumento musical, según la ciencia

Estimula la capacidad cerebral. 

Aprender a tocar un instrumento es una experiencia intensa, multisensorial y motora que estimula enormemente el cerebro infantil. Así lo demuestra un estudio realizado en la Universidad McGill de Montreal y publicado en la Journal of Neuroscience en el que se comprobaron los cambios estructurales que ocurren en el cerebro después de tan solo 15 meses de formación musical durante la primera infancia.

Según estos investigadores, no solo se aprecia un mayor desarrollo de las áreas vinculadas con las habilidades motoras y auditivas relacionadas con el entrenamiento musical, sino que también se produce una mayor plasticidad cerebral.

Mejora su memoria. 

La formación musical contribuye a que los niños tengan mejor memoria verbal, según indica un estudio llevado a cabo en la Universidad de Hong Kong y publicado en la revista Neuropsychology. Estos neurocientíficos estudiaron a 90 niños con edades comprendidas entre los 6 y 15 años. La mitad tenía formación musical, el resto no.

Comprobaron que los niños con formación musical recordaban más palabras en una prueba de memoria verbal, lo cual se debe a que este entrenamiento estimula algunas de las estructuras del cerebro relacionadas directamente con la memoria.

Potencia la inteligencia. 

Siempre se ha pensado que la música puede influir en la capacidad intelectual de los niños, una hipótesis un grupo de investigadores de la Universidad de Toronto pusieron a prueba hace poco. Reclutaron a 144 niños, algunos recibieron lecciones de canto o de piano, mientras otros recibían lecciones de teatro o seguían con su vida normal.

Los resultados, publicados en la revista Psychological Science, mostraron que los niños que recibieron clases de música mostraban un mayor aumento del CI en la escala completa, en comparación con aquellos que no estuvieron en contacto con la música. Otros estudios indican que la música potencia lo que se conoce como “inteligencia fluida”, la capacidad para resolver problemas, usar la lógica en situaciones nuevas e identificar patrones.

Mejora la atención y potencia el autocontrol emocional. 

Una investigación realizada en la Universidad de Vermont descubrió que tocar un instrumento musical ayuda a los niños a superar la ansiedad, concentrarse mejor y controlar sus emociones. Los hallazgos, publicados en la Journal of American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, se basan en el análisis de 232 niños con edades entre 6 y 18 años.

Los investigadores detectaron que tocar algún instrumento musical tenía un impacto en las áreas de la corteza cerebral vinculadas con la regulación del comportamiento y las emociones. Estos niños mostraban un mejor control ejecutivo, por lo que no solo eran capaces de gestionar mejor sus emociones y controlar su comportamiento, sino que también habían desarrollado la capacidad para concentrarse.

¿Cómo acercar a tu hijo a la música?

Los bebés pueden escuchar desde que están en el vientre materno, por lo que puedes ponerle música desde muy temprano, la cual estimulará la neurogénesis; es decir, el crecimiento de nuevas neuronas en el cerebro.

Cuando nazca, puedes utilizar diferentes sonidos que estimulen su capacidad auditiva y ya a partir del año puedes animarle para que se involucre activamente en la música siguiendo el ritmo, ya sea con balanceos, inclinaciones de cabeza o elevando sus brazos.

Cuando comience a hablar podrá memorizar las letras de canciones. Más tarde, alrededor de los 5 años de edad, podrá empezar el aprendizaje de instrumento musical, pero no debe ser una actividad impuesta. El niño es quien debe elegir el instrumento que prefiera, aunque como norma general la flauta y el piano son menos exigentes e ideales para dar los primeros pasos en el mundo de la música.