Índice
Consejos para protegernos nosotros y a nuestros hijos de los rayos ultravioletas
En estos días de verano en que pasamos muchas horas en la calle, en la piscina o en la playa, la protección ante los rayos solares se convierte en algo básico. A pesar de que todos necesitamos exponernos al sol ya que es nuestra fuente principal de vitamina D, la que nos ayuda a absorber calcio para tener unos huesos fuertes y sanos, el hecho de exponernos a los rayos ultravioletas (UV) del sol sin protección puede provocarnos graves lesiones en la piel y en los ojos.
Los padres somos los responsables de adoptar las precauciones adecuadas para proteger a nuestros hijos y enseñarles a disfrutar del sol de forma segura.
1. Consejos para protegernos nosotros y a nuestros hijos del sol
– Evitar las horas del día en que los rayos son más fuertes
Incluso en días nublados, las horas en las que el sol está más alto (de 10h a 16h), es cuando sus rayos inciden con más fuerza. Es recomendable evitar al máximo la exposición durante estas horas y, en el caso de que no sea posible, ponerle protección solar incluso si sólo estamos en la calle o en el jardín de casa.
– Cubrirle la piel
Una de las mejores formas de proteger del sol es cubrir nuestro cuerpo con prendas de ropa que no dejen pasar los rayos UV. Para comprobar que se trata de una prenda segura, al poner la mano debajo de ella no debería verse. Es necesario utilizar un sombrero para proteger la cara y la cabeza y, si es posible, llevar una sombrilla o una tienda fácilmente montable para protegernos.
Los bebés de 6 meses o menos no deberían tener ningún tipo de contacto con el sol durante estas horas debido a que su piel todavía es más sensible y no les podemos aplicar protección solar.
– Utilizar crema protectora regularmente
Lo que hace la protección solar es alargar el tiempo en el que nos podemos exponer al sol sin quemarnos. Así, si nuestro hijo se quemaría a los 20 minutos de estar al sol y le aplicamos una protección solar de Factor 15, estamos multiplicando x15 los 20 minutos iniciales.
El factor mínimo a utilizar es 15 y es básico recordar que no se puede aplicar ningún tipo de protección solar en bebés menores de 6 meses.
¿Cómo hacer un buen uso de la crema solar?
- Aplicarla unos 30 minutos antes de la exposición al sol en los labios, orejas, pies, manos, hombros, nuca…
- Utilizar una protección Resistente al Agua. Esta seguirá actuando dentro del agua y también son resistentes al sudor y a los roces.
- Repite la aplicación cada 2 o 3 horas, cada vez que sales del agua y más a menudo si estás sudando.
– Utilizar gafas de sol para proteger los ojos
Los rayos solares pueden producir lesiones en las córneas, por lo que es importante proteger los ojos de los peques. A la hora de elegir las gafas de sol tienes que asegurarte que protejan el 100% de los UV (esta información figura en las etiquetas).
Todos sabemos que a los niños les cuesta aceptar las gafas de sol, por lo que es importante que les hagamos partícipes a la hora de escoger el modelo.
– Algunos medicamentos pueden aumentar la sensibilidad a los rayos solares
Si tu hijo está tomando algún medicamento, es mejor que consultes al pediatra o al farmacéutico si éste incrementa la sensibilidad al sol. En caso afirmativo, será importante incrementar las medidas de protección durante el período que dure la medicación.
2. ¿Qué hacer ante una quemadura ?
Los efectos de la quemadura solar no acostumbran a ser inmediatos sino que se ponen de manifiesto gradualmente a medida que se acerca la noche. La zona quemada se vuelve caliente y dolorosa y en algunas ocasiones es posible que el niño se sienta mal. Normalmente al cabo de una semana la zona quemada se empieza a pelar.
Algunos consejos para aliviar las molestias son:
- Evitar la exposición solar
- Hacer baños con agua fresca o aplicar paños húmedos con suavidad
- Aplicar gel de Aloe Vera, es muy refrescante y ayuda a cicatriza
- Darle algún analgésico
- Aplicar crema hidratante (que no contenga vaselina) en la zona afectada
3. Otros trastornos debidos al calor
Aparte de las quemaduras, pueden sufrirse otras dolencias debido a la deshidratación: insolaciones, síncopes por calor, golpe de calor…
Es importante que si tu hijo sufre fiebre, le molestan los ojos al mirar al sol, tiene náuseas, vómitos… acudas inmediatamente al pediatra.
Por último, recuerda que los padres somos los responsables de adoptar las precauciones adecuadas para proteger a nuestros hijos y enseñarles a disfrutar del sol de forma segura. Para ello, es básico que seamos un buen ejemplo a seguir y que nos protegemos también nosotros del sol con protección solar, limitando el tiempo de exposición, usando gafas de sol, poniéndonos una gorra para protegernos la cabeza… a los niños les gusta aparentar ser mayores, por lo que si nosotros seguimos unas buenas pautas de protección será fácil que ellos quieran imitarnos.
Amo el sol, pero no tanto como para arriesgar la salud de mis hijos. ¡Protección solar siempre!
¡Que interesante! Realmente necesitamos proteger a nuestros niños del sol. ¡Gracias por los consejos!
¡Excelentes consejos! Es crucial cuidar a nuestros hijos de los rayos ultravioletas. ¡Gracias por compartir! 💪🌞
¡Qué interesante artículo! Me sorprendió aprender sobre los trastornos debidos al calor. #ProtégeteDelSol