episiotomía en el parto

Episiotomía: ¿Qué es y cuándo se recomienda?

La episiotomía en el parto

La episiotomía es una práctica a la que suelen recurrir los médicos durante el parto, sobre todo cuando la madre es primeriza. Se trata de un procedimiento menor que no entraña muchos riesgos, aunque no está exento de controversia ya que algunos especialistas consideran que no es necesaria, mientras otros afirman que el riesgo de desgarro del periné sería más dañino que la episiotomía.

De hecho, el uso de esta técnica en los partos ha ido disminuyendo con el paso del tiempo. Por ejemplo, a finales de 1970 se usaba en dos de cada tres partos pero a inicios de los años 2000 solo se utilizaba en uno de cada cinco partos. En la actualidad, la OMS estima que solo es verdaderamente necesaria en el 20% de los partos.

¿Qué es la episiotomía?

Se trata de una incisión quirúrgica en la zona de la vagina y el periné. Se realiza con el objetivo de ampliar esa área, para que el bebé pueda salir con más facilidad. De esta forma también se evita un desgarro en los músculos de la pelvis de la madre.

Existen dos tipos de incisión:

– Episiotomía Medial: la incisión se realiza en dirección al recto. Aunque es poco común, es menos molesta durante el parto y cicatriza más rápido, pero tiene el inconveniente de que debe ser pequeña para evitar que llegue hasta el ano.

– Epistomía mediolateral o lateral: la incisión se realiza de forma lateral, más alejada del recto. Por eso, es la más común y también la más segura para la embarazada.

¿Cuándo se recomienda la episiotomía?

Todas las embarazadas no necesitan una episiotomía, depende de diferentes factores, entre ellos la elasticidad de la zona del periné. No obstante, los médicos suelen recurrir a este procedimiento cuando el periodo de dilatación ha sido muy rápido, para prevenir que se produzca un desgarro grave en la zona de la vagina.

También se utiliza cuando el bebé es muy grande y tiene problemas para salir, o cuando el médico necesita un poco más de espacio para utilizar los fórceps. De hecho, se suele recurrir a este procedimiento cuando el bebé muestra que no está tolerando bien los últimos momentos del parto.

Algunos médicos también utilizan la episiotomía para evitar un sufrimiento innecesario a la madre y el bebé ya que de esta forma se agiliza el parto y se evitan posibles complicaciones. No obstante, esta opción es cada vez menos habitual ya que las últimas investigaciones indican que las mujeres a las que se les practica la episiotomía suelen perder más sangre en el parto, experimentan más dolor durante la recuperación y esta es más lenta. Este procedimiento también aumenta el riesgo de contraer una infección.

Al contrario, se ha apreciado que las mujeres que sufren desgarros espontáneos en el parto se suelen recuperar en menos tiempo y a veces presentan menos complicaciones, en comparación con aquellas a las que se les ha hecho una episiotomía.

¿Cómo es el proceso de recuperación?

Cuando se realiza una episiotomía, después es necesario dar algunos puntos. Dado que se trata de un área muy sensible, necesitarás tiempo para que la herida sane completamente, aunque la buena noticia es que no hay necesidad de quitar los puntos ya que estos se desintegran. Muchas mujeres experimentan un poco de dolor durante una o dos semanas. En otros casos las molestias se extienden durante un mes, sobre todo si durante el parto sufrieron laceraciones de tercer o cuarto grado. 

Una buena idea consiste en aplicar un poco de hielo en el área justo después del nacimiento, así se alivia el dolor y se reduce la inflamación. No obstante, en sentido general, solo deberás preocuparte si notas una inflamación excesiva en la zona, ves algún tipo de secreción o una coloración violácea. Normalmente estos problemas están acompañados por dolor intenso o la sensación de que la zona “late”. En ese caso, acude al médico.

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