Juegos por edades

¿A qué puede jugar tu bebé según su edad?

El juego es fundamental para los niños. No solo potencia su aprendizaje y el desarrollo de las habilidades motoras, cognitivas y emocionales sino que también le permite adaptarse al mundo que le rodea y comprenderlo. A través del juego el niño se relaciona con los adultos y sus coetáneos, aprende a respetar las reglas y, por supuesto, va desarrollando su personalidad.

El juego también es una oportunidad para crear y dejar volar la creatividad, además de ser un medio para canalizar sus miedos e inseguridades, así como para solucionar sus problemas y conflictos. Sin embargo, el juego no solo debe impulsar el desarrollo sino que también debe ser divertido, por lo que es fundamental que capte la atención del niño, y para lograrlo es imprescindible que sea adecuado para su edad. 

Si un juego es demasiado complicado para el nivel de desarrollo del pequeño, este se frustrará y desmotivará. Al contrario, si es demasiado sencillo, no potenciará la adquisición de nuevas habilidades.

Juegos sencillos perfectos para las diferentes etapas del desarrollo infantil

0 a 6 meses

–        Gestos. Es un juego ideal para estimular el universo emocional del bebé, que durante sus primeros meses de vida aún es muy limitado. Solo tienes que ponerte delante de tu pequeño y hacer diferentes gestos que imiten las emociones. Así harás reír a tu bebé, este se irá familiarizando con las expresiones faciales y estimularás su tendencia a la imitación.

–        Bailar. Es un juego que divertirá mucho a tu bebé y le pondrá de buen humor, además de fortalecer vuestro vínculo emocional. Solo tienes que poner música, cogerle en brazos y bailar. Puedes balancearle de arriba abajo lentamente o hacia los lados, teniendo cuidado de no zarandearle.

–        ¡A volar! Este sencillo y divertido juego es adecuado para los pequeños que ya son capaces de mantener su cabecita erguida. Toma a tu bebé por debajo de los brazos, a la altura del pecho, y hazle volar mientras imitas el ruido de un avión. Puedes darle vueltas y hacer que suba y baje, como si estuviera planeando o aterrizando. A tu pequeño le encantará y así irás desarrollando su sentido del equilibrio.

6 meses a 1 año

–        Bloques. Este juego potencia la coordinación, además de desarrollar la creatividad. Se trata de animarle a que apile los bloques, unos encima de otros. Cuando sea pequeño se limitará a crear pequeñas torres de apenas dos bloques pero poco a poco irá dándole vida a construcciones más complejas.

–        Lanzar la pelota. Este juego favorece la coordinación, la motricidad gruesa y la conciencia corporal. El niño se ubica en un extremo de la habitación y tú en otro. Debes lanzarle la pelota para que la atrape, primero con las piernas y más tarde con los brazos. Luego pídele que te la lance de vuelta.

–        Pompas de jabón. A los niños les encantan las pompas de jabón, por lo que es un juego divertido perfecto para estimular su motricidad y la coordinación ojo-mano. Solo tienes que sentartedelante y hacer pompas, para que las explote con las manos o incluso con los pies. También puedes animarle a que sople, para estimular el control voluntario de los músculos faciales y de la lengua que intervienen en el lenguaje.

1 a 2 años

–        Carrera de obstáculos. Cuando tu bebé ya pueda dar sus primeros pasos, disfrutará muchísimo esquivando los objetos. Puedes preparar una especie de carrera de obstáculos en el salón, con objetos con los cuales no se pueda hacer daño, para estimular su coordinación y equilibrio.

–        Cantar. Cuando el pequeño ya sepa pronunciar sus primeras palabras, puedes cantarle una canción infantil sencilla y animarle para que termine la estrofa o haga los sonidos correspondientes. Así estimularás el lenguaje y la memoria.

–        Esconder objetos. Este juego estimula la memoria y potencia los procesos del pensamiento, como el concepto de permanencia y la solución de problemas. Lo ideal es que selecciones objetos de diferentes texturas y formas que tu pequeño ya conozca, y los escondas debajo de una sábana. El objetivo es que el niño descubra de qué objeto se trata a través del tacto y mirando las formas.